Hace un tiempo que queríamos apuntar al peque a matronatación.
Hace unos meses (antes del verano) ya fuimos a unas clases, no fue muy mal, pero tampoco muy bien.
Al peque le gusta mucho el agua, pero en cantidades controlables, en el momento que veía una piscina un poco más grande se te pegaba como un monito y no paraba de chillar.
Paso el verano, disfrutamos de la piscina (sobretodo de la de los bebés, esa que es como un charquito) y llegó el otoño.
Le apuntamos a clases de matronatación en la piscina municipal. Al principio no nos dieron plaza pero no pasó ni una semana cuando me llamaron para decirme que había un hueco.
Las primeras clases no fueron bien, el nene se asustaba, no quería bajarse de nuestros brazos, chillaba...
Papá y yo nos planteamos que no queríamos hacerle pasar un mal rato, que siempre habrá tiempo para empezar natación. Nos pusimos de límite dos clases más, si la situación no cambiaba lo dejábamos.
Y la cosa ha cambiado de la noche a la mañana, ha evolucionado positivamente a pasos agigantados.
Va como loco de contento a la piscina, entra riendo, disfruta mucho en el agua, ya no chilla, ya no lleva manguitos solo un flotador en la espalda, participa en todas las actividades que marca el monitor...
Es una actividad que está disfrutando el peque y su papá (pues es David el que entra normalmente con él en la piscina).
Un actividad muy pero que muy positiva, hacen ejercicio, disfrutan juntos, ha perdido miedo al agua, y aprende a nadar.
Estamos muy contentos y eso que al principio no estábamos nada seguros...
Me alegro mucho de que al final se le haya quitado el miedo y esté disfrutando.
ResponderEliminarGenial!!! Me alegro muchisimo!!! A seguir disfrutando! Un besito
ResponderEliminarMe alegro que esté enganchado con la piscina. Es una actividad estupenda. Pero como bien dices no se les debe forzar, si les gusta es estupendo y sino tampoco pasaría nada.
ResponderEliminarme alegro un montón! este verano esta nadando sin flotador ni nada, ya veras!
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