No sé si es algo común en todos los niños, si el que más o el que
menos pasa por esta fase pero estamos en plena etapa de los amigos imaginarios.
Eric no tuvo, y si
tuvo no lo recordamos porque debió de ser algo casi imperceptible, pero Irene
lo está viviendo a tope.
No tiene un amigo
imaginario al uso, un niño o una niña, sino un perrito la mar de simpático.
Es pequeñito, blanco con manchas negras y se llama Perrito Toby. Al analizar al
detalle este perrito nos hemos dado cuenta que físicamente sería igual que Tula, la perrita de Melisa
(Madre reciente), que suele llevar de paseo algún que otro jueves mientras Eric
y Julia están en robótica, y además comparte nombre con el perro de su abuelo
(que también se llama Toby) y con el perro que más le gusta del pueblo que es
un mestizo pequeño al que le encanta jugar con niños.
Nos tiene
alucinados con el grado de detalle que está viviendo esta situación, vamos por
la calle y llama al perrito para que no se aleje, dice que duerme con ella en
su cama (y por lo visto en la nuestra), le da agua y cosas ricas para comer
(gusanitos, galletas, pan...) y se preocupa mucho si vamos distraídos por casa
y "le pisamos sin querer"
Tampoco tengo ni
idea de si es bueno o malo seguirle el rollo con este tema pero nosotros lo
estamos haciendo y la verdad es que más de una vez me he sorprendido llamando
al perrito para que "nos siga" en la calle.
Quería dejarlo por
escrito para que nunca nos olvidemos de que El Perrito Toby blanco y negro
formó parte de nuestra vida un tiempo.
La foto es cortesía de Melisa Tuya, dueña de Tula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario