Me acuerdo que cuando Eric era pequeño y empezó a moverse mucha
gente me dijo "prepárate para quitar todo lo que tengas al alcance de su
mano, tapar enchufes y poner seguridad en los armarios..." y la verdad es
que me sorprendió que la gente fuese tan exagerada pero seguimos sus consejos.
Eric era un niño tranquilo que apenas
intentó abrir una vez un cajón, se pilló un dedo y ya no volvió a intentarlo.
En nuestro afán de hacer una casa segura pusimos tapa-enchufes y protección en
muchos sitios y al cabo de los meses lo retiramos porque mi hijo no tenía el
más mínimo interés por nada de eso. Nunca tocó un botón, la cocina era un sitio
al que apenas acudía y las puertas no le llamaban la atención.
Con Irene la cosa ha cambiado mucho, pero
mucho mucho. No hay cajón que no haya intentado abrir y vaciar todo su
contenido, ya sea el cajón de mis calcetines, el de las sartenes de la cocina o
el armario del cuarto de baño.
Ha intentado por activa y por pasiva meter
los dedos en un enchufe por lo que hemos tenido que proteger absolutamente
todos. Los enchufes y cargadores de móviles y tablets se los mete en la boca
como si estuviese recargando batería y las pinturas de su hermano son su
objetivo predilecto e intenta pintar el suelo una y otra vez.
Ha destrozado cajas de galletas, volcado
agua, leche y cestas de fruta, ha hecho mil cachitos servilletas y jugado con
el rollo de papel higiénico como si fuese el perrito del anuncio y como vea la
puerta de cualquier armario abierta alla que va a sacar todo lo que pueda antes
de que des con ella.
Si hay algo encima de una mesa y puede
cogerlo, dalo por hecho, lo va a coger y va a salir corriendo con ello en la
mano.
Es incansable, todo le llama la atención y
todo le viene bien. Con Eric nunca tuve que quitar ni un solo adorno de casa y
con ella solo hago que reestructurar y subir a las alturas determinadas cosas
porque es un bicho que todo lo pilla.
Es un bicho y un terremoto pero la quiero
con locura.
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