Hace varios años empecé a hacer yoga junto a mi amiga Melisa, me encantaba ir con ella, nos reíamos mucho (sé
que no es el fin de una clase de yoga), hacíamos algo de deporte y pasábamos un
rato juntas, ¡era genial!
Después empecé a currar en biblioteca y tuve que dejarlo y a los pocos
meses Melisa empezó a trabajar y también tuvo que abandonar.
El tiempo fue pasando y entre unas cosas y otras nunca era un buen
momento para volver a retomarlo y finalmente después de nacer Irene comencé
otra vez con esta afición.
En esta ocasión voy sola, cerca de mi casa y es un yoga más
espiritual, aunque hacemos tantos ejercicios que acabo con un montón de
agujetas, y la sensación es buenísima.
Me gusta mucho el método que usa mi nueva profesora, me transmite
mucha calma, durante esa hora y media tan solo me preocupo por mí, por colocar
correctamente mi cuerpo, por reconocer los músculos y los tendones y enfocar mi
mente en ello.
Salgo súper relajada, contenta y con una sensación muy gratificante.
Por problemas de horarios tan sólo puedo ir un día en semana pero mi reto es
conseguir el año que viene rascar otra hora y media y poder ir dos días en
semana.
Reconozco que cuanto más lo practico más me gusta y más me engancha.
¿Vosotros habéis probado el yoga?, ¿os gusta?
Lo probé en el embarazo de Monstruita, y ahora a punto del segundo parto, volví. Este yoga es mucho más espiritual que el primero, con menos asanas. Y eso que el primero me encantó, por lo que dices de tomar conciencia de tus músculos, tendones...
ResponderEliminarMe gusta sea como sea :)
Estuve un año entero yendo a clases por las tardes, a última hora. Los primeros días no podía aguantarme las agujetas! Pero oye, le cogí el gustillo :)
ResponderEliminarLa verdad que en el momento en que pueda, volveré a practicar. Es una manera de desconectar de todo!
El Yoga es una manera de increible de desconectar por un rato y proyectar todo lo bueno
ResponderEliminar