Ayer nos fuimos a hacer un plan muy sencillo, pero súper especial, que nos encantó
a grandes y pequeños.
Llevo muchos años oyendo hablar de Burrolandia,
una protectora animal sin ánimo de lucro fundada como Asociación Amigos
del Burro en 1996 y cuyo objetivo principal es evitar la extinción del
burro y dotar de bienestar y de lugar de residencia a aquellos animales que han
sido abandonados.
El espacio está situado en Tres Cantos, muy cerca del Castillo
de Viñuelas. Las visitas son gratuitas los domingos de 10:00 a 14:30 y
hasta junio abrirán hasta las 16:30. No tienen parking oficial pero a la entrada
del recinto cuenta con un gran descampado que todo el mundo utiliza como
parking.
Dentro del complejo se pueden ver varios cercados con burros, caballos,
gallos y gallinas, cerdos, pavos reales, cabritas y ovejas... algunos están
sueltos y otros no pero todos están accesibles al público. Debemos recordar
(los adultos más que los niños) que son animales, seres vivos por lo que
debemos ser respetuoso con ellos, no asustarlos ni darles golpes,
molestarles...
En el propio Burrolandia puedes comprar cubos de comida (a 2,50 €) para
dar de comer a los animales. Hay gente que lleva su propia comida pero el
centro aconseja no hacerlo para poder controlar la cantidad de comida y calidad
que se les proporciona, además debemos recordar que tanto la comida, como otra
serie de cosas que se pagan (como los paseos en carro, la comida, bebida o
recuerdos) permiten a la Asociación mantener el lugar. Es una forma de poder
ayudar económica a este proyecto por lo que mi consejo es que NO llevéis
comida.
Los paseos en carro los pueden realizar solo los niños y
se les da como vuelta y media por todo el complejo. Cuestan 3€.
Allí también tienen un servicio de cafetería (con
refrescos y patatas fritas) y además hacen parrilladas con chorizo para
degustar en la zona de mesas y sillas. Un espacio en pleno centro del complejo
con bastante sombra y un pequeño mini parque infantil con motos y juguetes para
los niños.
El centro y los voluntarios nos dan una serie de recomendaciones:
1. Cerrar la puerta al entrar.
2. Evitar que los niños corran o se pingan detrás de los animales.
3. Hay burros sueltos, si hay una avalancha o te sientes agobiado levantar
los brazos para que se asusten,
4. Al dar la comida hay que tener la mano abierta y repartir entre todos
los animales.
5. No se pude subir a los niños sobre los burros.
6. La basura a la papelera.
7. Los niños siempre tienen que ir con adulto.
8. Se pueden llevar mascotas pero siempre con correa y recogiendo sus
excrementos.
Y yo añadiría, en días de sol llevar gorra y protección solar.
Un plan perfecto para disfrutar en familia que permite conocer un poco más
a los burros mientras se ayuda a una Asociación sin Ánimo de Lucro.
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