Uno de los grandes interrogantes a los que se enfrenta una mujer
en su segundo embarazo es si su hijo (el que ya tiene) estará preparado para
tener un hermano, si lo aceptará, será feliz, si no le robará protagonismo, si
le podrá querer igual...
Todas nos hemos planteado esa pregunta,
con más o menos variantes, algunas veces porque el niño es muy pequeño y
piensas que tal vez le robarás horas de atención o si es muy mayor porque crees
que se puede sentir intimidado por un nuevo miembro en la familia...
Dar el paso no es fácil, o sí, depende de
cada familia, pero lo que si es cierto que es que un hermano es un tesoro. Yo
tengo tres y los quiero con locura y mi infancia (pese a llevarme tantos años
con ellos) está plagada de muy buenos momentos a su lado.
Ayer al abrir la puerta del cuarto de mis
niños me los encontré así y casi muero de amor. En algún momento de la mañana
(mientras yo trabajaba con el ordenador o ponía la lavadora o la comida) mi
pequeña se debió despertar o quejar y su hermano se bajó de su cama para
abrazarla y se volvieron a dormir juntos.
Eric quiere a su hermana por encima de
todo, es el centro de su universo, mal que le pese a mucha gente que parece que
le molesta que no tenga celos. La adora, la cuida, la mima y juega con ella a
todas horas. Las risas que se echa Irene con su hermano son increíbles y no las
tiene con nadie más, son risas puras de un sonido que alegra el corazón de quien
las oye.
Irene tiene un "semi-dios" es su
mundo y ese es su hermano mayor, si él salta, ella salta, si él lee, ella lee,
si él juega con el agua o con la pelota, ella también. Todo lo que hace su hermano
lo tiene que hacer ella y me sorprende que cuando vamos solas a comprar y a lo
mejor la cojo una bolsa de gusanitos siempre, siempre me dice "ota para
Eric", su hermano está en sus pensamientos a todas horas.
Y si tener hermanos es a veces un rollo
porque hay que compartir todo (juguetes, espacio, casa), no se tiene a los
papás, abuelos, tíos a tiempo completo, y uno no es el centro del universo pero
a pesar de ello descubres que tu hermano es el mejor compañero de
aventuras que podrías imaginar y que siempre estará a tu lado.
Mi misión es llenar la infancia de mis
hijos de momentos únicos como el de esa foto, quererles y que se quieran.
Creo que depende de la personalidad y de la madurez del niño si será super celoso o no. Con un año o sobretodo con dos lo más seguro que sí. Ya me pasó a mí, pero con tres después de los terribles dos años cambian y es más sencillo.
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