Hoy tenía que escribir sobre mi último libro del club de lectura
#unoalmes pero este tema me apetecía mucho más.
Sorprendentemente me estoy dando cuenta
(yo y algunas dinosaurias más) como la blogosfera
maternal nuevamente está
dando un giro de 180 grados y vuelve a centrarse en la #maternidadreal, aquella en con
la que empezamos muchas...
Cuando me metí en este mundo lo que las
madres buscaban en los blogs era compañía pura y dura, sentirse acompañada en
esta senda tan compleja de la maternidad, sentirse entendidas en la cuarentena,
saber qué hacer con los cólicos del bebe, como aventurarse en la lactancia
materna sin fracasar, como lidiar con las rabietas, como sobrevivir a las pocas
horas de sueño...
Después hubo un giro radical en el que
todos esos temas casi se convirtieron en tabú, digo casi porque muchas
blogueras seguimos/siguieron hablando de estos temas, pero el resto (y sobre
todo las nuevas) empezaron a mostrar cosas bonitas, ¿ y a quién no le gusta mirar cosas
bonitas?, se empezó a hablar de moda infantil, de decoración de la casa, de
estilismos, y empezaron a salir las madres anuncio, esas que son perfectas
hasta levantadas de la cama, y todas "deseamos" ser ellas.
Con Instangram llego la culminación de
todo lo bonito, las fotos preciosas nos hacían vivir maternidades ideales e irreales ¡cuánto daño han hecho alguna de
esas cuentas a las madres primerizas!, todas quisimos tener el arcoíris
waldorf, cojines de nubes y una lámpara con mensaje (como dice Patch)...
Y de golpe y porrazo he visto cómo se
vuelve a hablar de postparto, de grietas, de lactancia, de noches en vela, de
celos, de lo difícil que es lidiar con la casa, los niños y el trabajo... de
pronto volvemos a centrarnos en la #maternidadreal e incluso las "madres
esas que parecía irreales" nos muestran (por supuesto por Instangram) su
lado más natural, más vulnerable y nos dicen "que también lloran" y
que todo no es color de rosa.
Reconozco que me encanta, me siento más
cómoda en este lado de la blogosfera porque creo que es más útil que el otro,
es cierto que a todos nos gusta rodearnos de cosas bonitas pero creo que es más
necesario que las mamás primerizas sientan que la maternidad es dura, difícil,
complicada y que lo que se ve en una foto es tan solo la punta del iceberg.
Tal vez la virtud este en el medio y ahora
empecemos a hablar de lactancia materna rodeados de cojines de nubes, ¿quién
sabe?
Foto Pixabay