El viernes pasado el enano tuvo su primera función navideña y allí nos fuimos con mucha ilusión los abuelos y yo (papá estaba trabajando).
En la puerta una multitud de padres, abuelos, tíos y cámaras de fotos y vídeo.
Nada más entrar tuve "suerte" y me deslicé con mucha picardía cerca de los pequeñajos. Ellos pegados al Belén viviente, muy asustados y con cara de no saber porque tanta gente les miraba y sobretodo porqué sus papás no les cogían en brazos.
Comenzó la canción "Campana sobre campana" y de allí sólo salieron gritos, lamentos y muchas lágrimas, todos querían irse con papá, mamá o el abuelo de turno.
Mi pequeñajo me divisó casi inmediatamente y pensó "que cerca, ésta es mía", así es que despacito, despacito movió el culillo hasta que estuvo a un palmo mío y cuando ya casi me podía tocar unas manos "malvadas" lo arrastraron otra vez con el grupo.
En ese momento la menda hace de tripas corazón y dice en alto "vamos, vamos cariño no pasa nada, tu con tus amigos, a cantar", pero por dentro decía "levantate, coge al enano y corre".
Al final se calmaron los ánimos y pudieron hacer más o menos lo que tenían ensayado.
En mi opinión son muy pequeños todavía para este tipo de actuaciones tan multitudinarias, nos pierden las ganas y expectativas de los padres. Una foto de grupo hubiera bastado con esta edad.
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