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martes, 16 de agosto de 2016

Bye bye chupete

Si alguien me hubiera dicho que Irene dejaría el chupete estas vacaciones no me lo hubiera creído porque mi hija era "adicta" al tete, lo necesitaba por la noche para dormir, a la hora de la siesta, durante el día en determinados momentos... ¡estaba enganchadísima!

Dejar el "tete" no ha sido nada planeado, ni siquiera algo pensado... ha sido un proceso muy natural y que no ha costado nada, absolutamente NADA, ¡y ya llevamos casi un mes sin él!

El lunes 18 de julio llegamos a Almería y metí el chupete en la mochila, fuimos a comer y por la tarde nos acercamos a disfrutar de las maravillosas piscinas del hotel y de la playa. Durante todo el día la niña no pidió el chupete y no paró de correr, nadar y jugar... al llegar la noche estaba tan cansada que no pidió chupete y nosotros no se lo dimos. Era la primera vez que hacía eso y estábamos alucinados.

Por la mañana se acordó que no estaba el "tete" y nos lo pidió, pero sin llorar, tan solo preguntando "¿y el tete?" y a mí no se me ocurrió otra cosa que decirle que se lo había llevado un pez en el mar y que como ella ya era grande no lo necesitaba, y hasta hoy... ni lloró, ni se quejó ni nada más. De vez en cuando le cuenta a alguien que su tete lo tiene un pez en el mar y fin de la historia. 

No es que haya sido sencillo, es que ha sido híper mega fácil... el cambio de escenario fue muy importante y que ella estaba más que preparada para hacerlo, creo que éramos nosotros los que fomentábamos (inconscientemente) esa dependencia.


Como siempre digo, ellos están más que preparados para crecer, somos nosotros los que muchas veces retrasamos las etapas sin darnos cuenta. 

Imagen de Pixabay

viernes, 16 de septiembre de 2011

Revisión de los dos años y escayola

Ayer tuvimos un día de médicos intenso, pesado y con cabreos.

A las cuatro le hicieron la radiografía y a las cuatro y veinte le vió el traumatólogo.

Le hicieron la radiografía porque puse cara de poker porque según protocolo en el centro de salud de las especialidades no hacen radiografías a niños menores de 4 años.

Y digo yo ¿el dia que me dieron la cita mi hijo tenía 2 años, no se fijaron en eso?... me daba a entender la señorita que tenía que pedir cita (con el retraso que eso conlleva) para el hospital y luego que me viera el traumatólogo... vamos como poco diez días más de escayola y por supuesto que no iba a pasar por eso ufffffffffffffffffffff.... lo que importa es que al final se la hicieron.

Segundo mosqueo, el traumatólogo, que me dice "¿tu niño es bueno o malo?".. mi cara debía de decirlo todo porque no tuve que contestarle, me dijo "vale, que le quito la escayola no te preocupes, es que si el niño es malo pues se la dejo una semana más".

Y ahí esta mi segundo pensamiento ¿que pasa que si ahora en esta semana volvemos a fracturarnos o lesionarnos, la culpa es nuestra por considerar a mi hijo bueno?, digo yo que si le ha quitado la escayola es porque ha visto que estaba curado ¿no?, ... pues tengo una angustia en el pecho que no se me va pensando que a lo mejor tendría que haberle dicho que se la dejase una semana más...

Y a las siete tuvimos la revisión de los dos años. Aquí todo fenomenal (salvo que su pediatra no le vio porque esta a punto de dar a luz). Esta en el percentil 50 de peso (ha perdido casi un kilo desde lo de la escayola) y en el 95 de altura. Vamos largo y delgadito, un fideillo...

Le miraron todo, la vista, los oidos, el pecho, las rodillas, pies, boca, cola... nos han mandado una crema para la fimosis porque no le baja del todo la pielecilla de la cola... no me preocupa mucho porque a todos mis sobrinos se la han mandado.

Y muchas preguntas, que si come solido, que si se lava los dientes, que si juega con niños, que si corre, salta, habla, interactúa, como duerme... vamos un interrogatorio en toda regla, que muchas veces me da la impresión que estamos pasando un examen.

A estas alturas de la tarde mi hijo ya estaba más que cansado de tanto doctor y enfermero y tenía un mosqueo del trece, pues la enfermera empeñada en que tenía que contestar el niño y Eric que se quería ir de alli por patas.

Acabamos muy cansados de esa tarde tan intensa y con tantas emociones...

Lo importante es que al llegar a casa se puso a jugar con su padre y estuvo tirando torres con las dos manitas, en el parque después de dieciséis dias jugamos con la arena y por la noche estuvo en su bañera con sus juguetes hasta que se le arrugaron los dedos.

Hoy ha entrado muy contento a la guarde diciéndole a todo el mundo "mira no tengo pupa". Y su sonrisa lo decía todo... me quedo con eso, que es lo que realmente me importa.

PD. Gracias a todos por preguntarme por el enano.
Siento si ha quedado muy mal explicado el post pero mis neuronas hoy no dan para más.

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