Hace unos días alguien me decía que mi blog no tenía "glamour".
Lejos de ofenderme me hizo gracia, esa persona en concreto hacía referencia a otros blog de madre que hay en la red que son muy monos, "muy cuquis", con muchas cosas a la última.... y una cosa en común "no hablan de nada malo".
Es decir, los niños de los que se habla en esos blogs nunca se ponen malos, ni tienen rabietas, ni dan malas noches, sus madres son perfectas y su vida es de color de rosa.
Mi vida no es así. Y no es por desemerecerla ¡ni mucho menos!, mi vida me gusta. Tengo mucha suerte de tener la familia que tengo, a mi marido le quiero con locura y mi hijo es lo mejor de mi vida.
Pero tengo problemas (más bien problemillas), pasamos malos ratos, muchas veces me asaltan las dudas de si lo estaré haciendo bien con Eric, hay días difíciles...
Parece ser que contar esto (los días malos) no está bien visto ¿por qué?. A mi leer/leeros a muchas blogeras, ver que situaciones parecidas a la mía las habéis vivido o las estáis viviendo, saber que no es algo único, ver una salida, una idea que te ayuda a afrontar la dificultad, sentirte parte de una tribu, poder hablar.... me ha ayudado y mucho.
Si mi blog se redujera a contar tan sólo las cosas buenas sería un poco falso ¿no?. Y que conste que respeto a las que así quieran hacerlo, pero en lo más profundo de mi ser sabría que no estoy contando todo, que este relato diario no es del todo real.
Leo todo tipo de blog de madres (aunque no los comente todos), unos más educativos (con ideas para realizar actividades con Eric), otros son más viscerales, otros más graciosos, de madres múltiples, de madres con gemelos... pero reflexionando todos tienen algo en común, cuentan todo, lo bueno y lo malo, con más o menos humor, con más o menos desesperación, pero cuentan tanto los buenos como los malos momentos.
Queridas mías, según esta persona tenéis que saber que todos vuestros blogs carecen de glamour.
¡¡¡¡Pero a mi me encantan!!!!