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viernes, 11 de febrero de 2011

Conversaciones

Hoy va de esas conversaciones que escucho a otros niños:

Primera. En el parque, dos niños de unos cuatro o cinco años, estaban los dos columpiándose y hablando.

Niño A: ¿oye tu abuela cuantos años tiene?

Niño B: no se.... unos ciento treinta mil...

Niño A: alaaaaa, no puede ser, si pasados los cien te mueres...

Niño B: a bueno, entonces tendrá docientos cincuenta

Niño A: eso si puede ser.

Ni que decir que la abuela estaba alli presente y se partía de risa (junto conmigo).

Segunda. Ayer en la recepción de la clase de música.


Había un grupo de niñas de no menos de diez años, hablaban de muchas cosas y una de ellas fue esta

Niña A: Este mes estoy feliz porque esta mi abuela en casa y como duerme en mi cama, yo duermo con mi madre. ¡Me encanta dormir con mi madre!

Niña B: Es que dormir con mamá es lo mejor del mundo, yo si tengo pesadillas o si tengo un examen al dia siguiente me deja dormir con ella.

Niña C (preguntando a la niña A): ¿Y cuando estas en casa de tu padre duermes con él?

Niña A: No, con mi padre no duermo, cuando estoy con él duermo en mi habitación.

Me sorprendió y ¿por qué?, lo primero porque hablaban con toda naturalidad del colecho y eso que ya tenían diez años o más.

En ningún momento se sintieron incomodas por contarlo y eso que yo si que pensé "verás ahora alguno del grupo se rie de ellas por dormir con sus madres" (no porque yo lo vea mal ni mucho menos, sino porque los niños ya sabemos que ha ciertas edades se vuelven muy crueles). Y en segundo lugar porque ellas tenían muy claro que colechar con mamá es normal, con papá no lo es tanto, "¿por qué esa distincion?".

¿Qué pensáis?: ¿es bueno que colechen con sus madres a esa edad?, ¿que no vean bien hacerlo con el padre?.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Dieciséis meses


Hoy el enano cumple dieciséis meses y desde el sexto mes el tiempo parece que vuela.

Según la revisión del otro día, mide 82 cm y pesa 11,250 kg, sigue sus dos curvas con normalidad.

Ya anda muy bien (aunque sigue torciendo un poco el pie izquierdo), se levanta y se sienta con soltura (algo que le ha costado un poquito) y gatea (que hasta hace nada se arrastraba con el culo).

Parlotea mucho, palabras sueltas, cada vez son más y entiende órdenes sencillas (enciende la luz, guarda el juguete, traeme eso), se nota que comprende y nos entiende pero que todavía no sabe expresar lo que nos quiere decir.

Con la comida no tiene problemas, empieza a masticar y le gusta, es un tragón, aunque es cierto que el vaso anti-derrame lo tengo un pelín olvidado, tengo que insistir más en este aspecto y olvidarnos un poco del biberón, pero me da miedo que deje de beber sus 200 ml de leche en la merienda por cambiar el recipiente.

El sueño lo lleva en términos generales bien, duerme de nueve y media hasta las ocho y cuarto, puede despertarse una o dos veces pero es para pedir agua, vamos algo normal.

Y lo que más me gusta son sus ganas de aprender, de descubrir, su increíble energía y sobretodo sus besos, le cuesta darlos pero cuando lo hace me derrito...

Hace poco descubrí un truco: si finjo tener una "pupa" tengo el beso asegurado. Y así me paso el día fingiendo heridas y dolores.

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