Esta actividad que os voy a enseñar es una propuesta del peque, el
otro día en clase estuvieron haciéndola y vino tan entusiasmado que me ha
enseñado él a mí como se hace.
Los materiales que necesitamos son muy
sencillos, una cartulina, a poder ser negra, (yo no tenía negra y utilicé la más
oscura que tenía por casa, una verde), tizas
de colores y un cuenco de
agua.
Sumergimos las tizas de colores en agua
unos minutos antes de ponernos con la actividad.
Una vez pasado ese tiempo nos ponemos a
dibujar sobre la cartulina, los colores quedan más brillantes, no sueltan polvo
y se pueden difuminar y conseguir una técnica muy chula, (esto último ya para profesionales que quieran hacer dibujos chulos)
Ellos se divierten porque es una cosa
novedosa, divertida y muy sencilla.
Un consejo, tener una servilleta para
secar un poco el agua sobrante cuando saquemos una tiza del cuenco, así
evitamos manchar.
¿Que os parece? Es una nueva manera de potenciar su vena artística.