Desde ese día y como si se hubieran puesto de acuerdo cada semana le salía un nuevo diente y al llegar a cumplir el año ya tenía ocho dientes y cuatro muelas.
Después vinieron unos tres mesecitos de descanso pero... a partir del puente de noviembre estamos desquiciados con los colmillos.
Se le veía la poca encía que le quedaba entre diente y diente inflamada, rojita, y ahora muy tirante y blanquecina con ganas de aparecer el canino. Ayer estaba loco de ¿picor, dolor, molestias?, mordía las esquinas de las paredes y los picos de los muebles, pero el maldito colmillo no acaba de aparecer. Cuándo se pone así le damos apiretal para que le calme un poco porque es verdad que lo pasa muy mal.
No si va a tener razón mi madre con eso de "hasta que no hay colmillo no hay chiquillo".
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