Hacía casi dos años que teníamos a Trizas, nuestro hámster.
Llegó a casa en un momento difícil para el peque, se había hecho una fisura en el codo y le escayolaron. Pensamos que tener de distracción a una mascota le vendría bien en esos largos días y así fue.
A Trizas lo eligió Eric en la tienda, era el hámster más grande y más feote de todos pero para mi niño era el mejor.
Desde el primer momento se llevaron fenomenal, ayudaba a limpiar la jaula, le sacaba para jugar con el (le construía refugios con las piezas de lego o laberintos y el hámster correteaba tan feliz). Le compramos una bola y le teníamos a ratos suelto por casa con total libertad.
Pese a ser una mascota tan pequeña la verdad es que la cogimos muchisimo cariño.
Eric tuvo la suerte de poder enseñar su mascota en la guarde y después en el colegio y para él fue una experiencia muy gratificante.
El lunes al llegar mi marido de trabajar se dio cuenta de que se había muerto, nosotros estábamos a punto de llegar de baloncesto, se puso nervioso, limpió todo y enterró al hámster en una maceta antes de que subiésemos a casa.
¿Y como lo ha llevado el peque?
Se podría decir que a ratos. Creo que no hemos sabido explicarle porque el ratón ya no está en casa o el no tiene la capacidad suficiente para asimilar dicho acontecimiento.
De vez en cuando se acuerda y pregunta "¿donde esta Trizas?, ¿ya ha vuelto?, ¿por que se ha ido?"
Lo que más pena me dio fue cuando me dijo: "Yo no quiero un pez, ni un canguro, quiero un hámster, ¿podemos comprar otro hámster?.... bueno no, no quiero otro hámster, quiero a Trizas".
Una buena amiga me ha dicho que debemos despedirle, hacer un pequeño homenaje para que el peque pueda decirle adiós y pasar página, me parece una buena idea así es que aprovecharemos esta tarde para hacerle algo.
¿Compraremos otro hámster? Pues no lo sé, depende única y exclusivamente de Eric.
Es alucinante como una cosa tan pequeña puede dejar un hueco tan grande.
Adiós "Tricitas"
¡Qué difícil es explicar a los niños una pérdida! Pandereta, ahora, nos pregunta con frecuencia que va a hacer ella cuando nosotros nos muramos. El asunto de la muerte, aunque le restes importancia, les preocupa.
ResponderEliminarUn besito a Eric.
Es cierto que es un tema que les preocupa, y como no es nada fácil de explicar (o por lo menos yo no tengo ese don) pues les crea inseguridad
EliminarPues sí es alucinante, pero un bicho vivo, creo que siempre provoca esas cosas.
ResponderEliminarMe parece buena idea lo de despedirlo.
Es bonito hacerle un gesto de recuerdo, para él y para nosotros
EliminarAy maja, cómo te entiendo! Es que con las mascotas da igual el tamaño, se les quiere mogollón sean grandes o pequeñas.
ResponderEliminarA nosotros se nos murió nuestro perrito el año pasado y Miguel aún pregunta por él muchos días. Lo último que nos ha dicho es que quiere que cojamos un avión para subir al cielo y traerlo de vuelta... se me parte el corazón!
Un beso guapa
Pobre.. que penita cuando dicen esas cosas verdad?
EliminarUn besote guapa
Jop, lo siento mucho, a nosotros nos pasó con Avellana la cobaya... a dia de hoy pregunta todavia por ella. Un abrazote para los tres
ResponderEliminarPobre Avellana, los peques añoran mucho a sus mascotas
EliminarUn beso
Buf, yo todavía recuerdo las mascotas que tuvimos de pequeños y que se fueron muriendo. Y todas eran pequeñas (pájaro, pez, hamster, tortuga...) pero da igual el tamaño, se convierten en tu amigo, y un amigo es algo grande y que se le quiere mucho. Y cuando se morían nos daba una pena terrible. Nosotros los enterramos todos en un parque que había no lejos de casa. Los poníamos en una caja de zapatos pequeña (nuestra), y luego íbamos con mi madre y una pala de jugar que teníamos y hacíamos el agujero junto a un árbol y metíamos la caja. Y hoy cuando paso por el parque aún me acuerdo de ellos, y la verdad es que esa "despedida" me parece buena idea. A nosotros nos gustaba porque en cierta manera se quedaban siempre ahí, en el parque para nosotros, y un recuerdo que siempre podíamos situar.
ResponderEliminarTe entiendo tela, porque sigo diciendo que aún casi que no he superado yo la pérdida de mi Tana, y ya van para 5 años.
ResponderEliminarCon David, cuando se murió el gorrión dudé si enseñárselo y enterrarlos juntos, para que el físicamente viera lo que había sucedido y pudiera entenderlo mejor. Al final no lo hice. De vez en cuando comenta que está en una estrellita al lado de la de su abuela y ya. Espero que el tuyo lo lleve tan bien
Un beso
Pues lo lleva a ratos, hay ratos que parece que bien y otros en los que sólo me pide que vayamos a buscar a Trizas donde esté.
EliminarPaciencia...
Trizas ha sido un hamster con suerte, y Eric ha podido disfrutar de una maravillosa experiencia, compartir dos años con un animalito. Ya sabes que para mi es fundamental que los niños tengan esa experiencia, les enriquece, les enseña. Rayo adora a sus gatas y tiene un verdadero sentimiento de protección y responsabilidad hacia ellas.
ResponderEliminarEs importante despedir a Trizas como merece. Y ahora todos, como familia, deberéis decidir si queréis que un nuevo animalito forme parte de ella.
Un besote.
Pues nosotros tenemos un perro, Nahual, tiene 13 años. Joan juega mucho con él. Espero que falten muchos años para que a Nahual le llegue el momento porque me gusta que mi hijo disfrute de su mascota, por suerte, el perro está muy sanote.
ResponderEliminarEs una situación muy dura, nosotros la pasamos con nuestra perrita... hace dos años y medio... y eso que ahora tenemos otra, pero la mediana sigue hablando de la primera... Yo les comenté que se habia puesto malita y se habia ido al cielo, ahora es una estrella mas de la noche... Nos pegamos muchas noches mirando las estrellas... La verdad que es una situación muy triste, que no la entienden, porque si estaba bien... porque ahora no esta´??
ResponderEliminarQué penilla!!, yo por eso no tengo mascotas, luego pasan estas cosas y los paso realmente mal..
ResponderEliminarPor cierto, no sé si lo has visto, pero por si las moscas, te he dado el premio Best Blog, si te apetece pásate a recogerlo, ¿vale?..
Saludos ”entre pañales y biberones”