Aprendiendo a leer

Hay determinados hitos de nuestros hijos que nos hacen especial ilusión, el día que dice Mamá o Papá, el día que da sus primeros pasos, cuando empieza a comer solito, el primer día de cole.... aunque algunos son comunes a todos los padres hay otros que nos harán más ilusión a unos padres que a otros dependiendo de nuestros gustos o hobbies.

Para mi uno de los momentos que esperaba con mucha ilusión es el momento en el que el peque empezase a leer solito y ya ha llegado. Ha sido y es muy emocionante y se merecía un post por ello.

Mi hijo vive rodeado de libros desde el primer día, son su juguete favorito y se pasa horas mirándolos, inventándose historias y esperando que un adulto se los lea. 

Hace un par de semanas observamos que se metía en su cuarto cogía algún libro con mayúsculas e intentaba contárselo a sus muñecos.

El proceso ha sido impresionante, ha elegido los mismos libros que usaron mis sobrinos para empezar a leer, los de Nacho y Laura de Edelvives. El sólo va marcando con el dedo las sílabas y leyendo con más o menos soltura las palabras, el sonido Ce/Ca no lo tiene muy claro todavía.

No hemos interferido en el proceso para no crear conflicto con la escuela pero la verdad es que una vez que hablé con el profesor me dijo que por supuesto se lo potenciásemos más, siempre y cuando el estuviese dispuesto.

Todos los días lee un trocito del libro de Nacho o de Laura, no le dejo repetir libro porque al ser tan sencillos no quiero que se aprenda la historia de memoria, quiero que haga el esfuerzo de leer y él está sumamente interesado en hacerlo. Hay días que lee dos páginas y días que lee seis. Está muy concentrado en la historia, en lo que va pasando y le encanta el ritual de marcar el libro con el marca páginas (que le regaló su profe Bea) para saber donde se ha quedado.

Le entusiasma el pensar que está terminando un libro y sueña con el próximo que le voy a comprar. Llevamos ya 3 libros terminados y ya está pensando en los dos nuevos que quiere que le compre.

Ahora vamos por la calle y se para en cada escaparte para leer lo que pone, le compras unos cromos e intenta leer el nombre del jugador de futbol, ve una revista en la mesa y se pone a leer el título... está todo el rato haciendo el proceso de lectura y me tiene impresionada.

Estoy muy orgullosa de él pero lo que más me gusta es que él es súper consciente de que ha dado un paso importante en la vida y está muy contento por hacerlo. Y lo mejor de todo la frase que me dijo el otro día:

"Mamá tengo que aprender a leer bien para cuando nazca Irene leerle yo los cuentos", sin palabras me dejó y me lo comí a besos.